jueves, 20 de marzo de 2014

EL problema de pecar

El problema de pecar no está en que Dios vaya a castigarte por el mal hecho, pues Él perdona todos nuestros pecados y se olvida de ellos(1). Si Dios castigara a cualquiera por hacer lo malo, entonces estaría haciendo acepción de personas, y eso sería una injusticia, pues si castiga a unos debería castigar también a todos. No obstante, ha tomado como a hijos a muchos que se lo han pedido y lo han aceptado como su Salvador(2) y a estos, por ser hijos, los disciplina por amor(3).
Ahora bien, si Dios no nos disciplina o castiga por nuestros actos, valdría la pena hacerse dos preguntas:



1ª) ¿Será que las cosas que hago no son pecado y a Dios le agradan(4)?,
ó
2ª) ¿Será que Dios no me tiene como uno de sus hijos(5)?

Si tu posición es la de la primera pregunta, entonces nada tendrías que preocuparte, pero si no es así, significa que lo malo que haces merece la disciplina de un padre, pero en este caso Dios no hace nada porque no estás en la lista de sus hijos; mas aún así, hay solución, pues solo hay que pedirle perdón. aceptarle y recibirle(1).

Pero, todavía no te he dicho, en el fondo, ¿cuál es el problema de pecar?
Cuando nos habituamos a lo malo, o hacemos del pecado una costumbre, nos convertimos en practicantes del pecado y, dice la Biblia en 1 Juan 3:8a “…El que practica el pecado es del diablo;…” y con conciencia de ello, muchas personas albergan en su corazón la idea de que algún día dejarán de hacer lo malo, y es allí donde está el verdadero problema, pues, se acostumbran tanto a lo malo, que ya no pueden hacer lo bueno. El Señor Dios Todopoderoso dijo a través del profeta Jeremías “…¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?...” (Jeremías 13:23). Este es el verdadero problema, ya que en el momento en que menos lo imagines Dios estará pidiéndote cuentas y te hallará falto.

Gracias le damos al Altísimo porque “…Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo……” (1ª Juan 1.8b)

(1) Hebreos 8:12. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
(2) Juan 1:12. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
(3) Hebreos 12:6. Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
(4) Mateo 3:17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
(5) Hebreos 12:8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

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